presas de un pasado.
Hoy volví a contemplar aquella casa
donde mi niñez transcurrió feliz y placentera.
Al ver sus tejas caídas sin paredes,
lloré con impotencia y desconsuelo.
Todo acabó, mi infancia ya lejana,
nunca más divisaré mi casa,
nada queda de sus rejas y balcones,
de mis amigos, vecinos y mis padres.
No queda huella de aquella juventud,
de aquellos niños jugando en el verano.
Jamás nos reuniremos a la luz de las estrellas,
ni en las noches contaran historias los mayores.
Ningún vestigio de lo que fue mi calle
de aquellas cuatro esquinas, ya no hay nada.
Soy una extraña mirando los escombros,
frío siento en el alma al contemplarlas.
El ayer se hace presencia inevitable;
y escucho el murmullo de los tiempos
cuajándose de recuerdos el horizonte
como testigo vivo de los años.
Todo es efímero y desaparece,
nada sobrevive, pero sí el sonido,
en su voltear me dicen las campanas:
yo llevo siglos echándolas al vuelo
latentes viven en mí, los rostros de las
gentes que se fueron.
Todo al silencio extinguió,
el inexorable tiempo aquel.
El recuerdo vive en mí,
de mi alma no se fue.
ISI RUIZ.
ISI RUIZ.
Isi, sabes como trasmitir la nostalgia del tiempo pasado, la añoranza de la niñez perdida
ResponderEliminarel recuerdo de lo que nunca volverá. Eres una
gran poeta porque llegas al corazón.
Mil gracias por dejar tu comentario y leer mis versos.
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