Bienvenidos a mi blog de poesía.
Aquí podréis encontrar algunos de mis poemas.
Espero vuestros comentarios.

ISI RUIZ

lunes, 5 de diciembre de 2011

ROMPER LOS RELOJES.









  Olvida los ecos, solo son quimeras.
Lejos... 

allá donde la mirada

ya nada divisa

se extinguen los dorados días,

indiferentes y lejanos.

Se pierden con el viento.

Solo un leve rumor:

el paso del tiempo

que se va alejando.

Mas tan solo nosotros

el tiempo cruzamos

despacio, sin tregua.

Seguimos caminando

sin rumbo trazado.

¡Oh, si el ayer

no se hallase distante,

y pudiera desandar mis pasos,

romper los relojes,

quemar calendarios!

Un sueño sería,

volver al pasado... 

Intensa experiencia

saber de los años,

quién nos ayudó,

nos llenó de luz,

nos negó la mano.

Callados rumores

invaden los aires,

nostalgias y esencias

del ayer ausente.

De lejanos años

esta bruma densa

acorta mis pasos.

Buscaré los días

que fui deshojando.

Soles y silencios,

sueños y pasado...

Seguir caminando,

olvidar los ecos...

Solo son quimeras...

No vuelve el pasado.


ISI RUIZ

Greguerías



Hoy las nubes tienen rabieta: están lloronas.

La niebla castigó al sol. Hoy no lo dejó salir de paseo.

La luna llena interrumpió la cita de las sombras.

La lluvia es la ducha de toda la ciudad.

La lluvia: lágrimas y penas del hombre.

Y la luna llena,descubrió aquel amor oculto entre sombras.

La lluvia arrastra el polvo de la vida.

La gente va al sol que más calienta.

Las  tormentas son las broncas de las nubes.

El relámpago en los cielos. Esta noche hay traca: algo celebran.

El rocío  fascinado de tanta belleza dejó su maná  sobre las flores.

Por muy fuerte que sea la tormenta el sol siempre es el ganador.

Nunca las tinieblas vencieron al amanecer.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Alma ausente


                                                                             


                                         ALMA AUSENTE.


Cuánta paz aparente se concibe

cuando en la noche la luz descansa

bajo un cendal de tenues sombras,

cuando imaginas que reposa el alma.

¡Alma mía!, tú, cautiva y consumida

de tan largo y oprimido encierro,

deseas cambiar tu existencia

por el fresco rumor de la ribera.

Vagas sin rumbo, gozando sin prisiones.

Si el viento mimoso te empuja al vuelo,

por los cielos te abandonas

mientras mi pecho vacío queda

viviendo sin materia.

Tiembla mi corazón en esta soledad

mientras tú sigues ausente,

huyendo cual vapor leve.

No te alejes, inmortal paloma,

tú que vives en mí desde la cuna.

¡Ay, alma! Torna a mí, renovaré tu aliento

con cantos placenteros.

¡Oh, el gran mar te llenará de delirios!

Morderán tu esplendor sus inhumanas olas.

No confíes en promesas inciertas,

te sentirás perdida y sola.

Mi pecho en llanto incontenible

te llama desgarrado, nada puede en tu ausencia.

Regresa a tu morada, seré para ti el más cálido nido.

Escucho el mar como te envuelve,

¿o acaso no es el mar?

Es tu ausencia que pasa

y golpea mis temores de perderte.

¡Alma!, tú que al fin mi suplica escuchaste,

emerges en la noche, abatida, fatigada,

temblando casi desfallecida,

logrando salir del abismo marino,

con ansias de llegar a tu aposento.

Mariposa sutil, leve gasa de pétalos rosados,

tu llegada aplaca mis enojos.

Traspasa el aire, desciende a tu morada.

Clausuré las tinieblas,

iluminé la cárcel de mi pecho.

Jamás hallarás la oscuridad de la que huyes,

seré para ti llama candente.

Desciende a mi pecho que te adora.

Brillaré con tu reflejo, seré aurora,

la brisa del incienso,

por siempre, toda mía. Yo, tu reino

hasta que marches al prometido cielo,

la eternidad que tanto ansias.

Isi Ruiz Gallego-Largo

sábado, 15 de octubre de 2011

Vivir lo bello





Quiero vivir lo bello:


saborear aromas de flores y ocasos,

aspirar esencias de sándalo y mimosa,

ser sauce, aire, lluvia, luz,

violeta sobre el mar enfurecido,

y blanca flor de jara.

Ascender peldaños hasta el infinito,

allí vencida descansar,

en donde la aurora subleva

el más grande resplandor.

Contemplar el sol como aleja

con su luz todas las sombras.

Alegre permitir que la abeja entre en mi jardín

y de la esencia de las rosas haga miel.

En misteriosa noche encender todas las estrellas,

y admirar el cielo en sublime silencio.

Sugerirle a la luna que entre en mi cuarto

y con su luz de azogue

haga cántico a mi sueño.

He de rogar al viento

me haga invisible,

y a mi paso acariciar

a todos los niños que no tienen madre.    

Dame tu opinión.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Recuerdos y nostalgias







Adormecida, absorta,

ensimismada,

veo pasar la tarde lentamente.

La lluvia llora en los cristales,

mi alma rebosa de nostalgia.

Recuerdos de otros días,

de otros lares.

Mi ser flotaba como magia,

moraba con la aurora en la mañana.

Mi mente no sabía de añoranzas,

vivía entre rosas encantadas,

en jardín de nardos acunada.

Cae el agua con cadencia,

y un rumor de lejanías

marca huellas en mi alma.

 ¡Lejanos años de infancia,

sublimes y añorados!

¿Qué viento tan fugaz

os alejó de mí?

ISI RUIZ.

La imagen de aquellos días



El espejo no responde
a la implacable decepción.

Hoy al mirarme al espejo

sorprendida he quedado.

No reconozco la tez

que el cristal ha reflejado.

Espejo de azogue y plata,

¿qué te ocurre a ti conmigo?

No me quieres reflejar

hermosa y ser tú mi amigo.

Tú ya no eres el mismo

que al reflejar mi imagen

orgulloso se sentía

de que en ti me contemplase.

Siempre dejándote pulcro,

para que me devolvieras

la silueta joven y frágil

de mis quince primaveras.

 No te equivoques conmigo,

y séme fiel hasta el fin,

devuélveme la imagen,

aquella que, muy ufano,

reflejabas para mí.

Bien recuerdo aquella tarde

que en tu luna me miré.

Yo era una adolescente.

Tres de mayo, bien lo sé...

El primer día de feria:

la ilusión me impacientaba

por estrenar aquel vestido

de muselina rosada,

En mi negra cabellera,

entrelazada con mimo,

cintas de raso anudadas.

 Aquella imagen tan linda,

sin ninguna imperfección,

es la que  añora hoy

mi nostálgico corazón.

Mejillas tersas rosadas,

bello  rostro juvenil,

unos ojos tan profundos,

como un abismo sin fin.

Yo prometo no limpiarte,

ni mirarme más en ti:

la figura que me ofreces

en nada se parece a mí.

Los años pasaron rápidos

como una estrella fugaz.

Mi persona envejeció,

mas humilde reconozco

que joven me siento yo.