Ausente musa

Amada y ausente musa,

ansias tengo de ti, ven,

háblame de soles y esperanzas,

susúrrame la gracia de las cosas,

Que en los quebrantos

vea un cielo hermoso;

en los abrojos, fragantes rosas.

Que el desencanto,

sea mirlo en la alborada.

Y mi alma dormida y silenciosa,

vibrará inspirándose en tu odas.

Hazme escuchar el sonido de la brisa,

que al desplegar sus pétalos la rosa

pueda percibir el aliento de un suspiro.

Ven, prende en mí tu dulce vuelo,

colma mi alma de plena poesía ,

lléname de ti a cada paso ,

y la alegría será mi escudo.

inunda mi vida de versos.

Isi Ruiz.

Noche de sutil esencias

¿Que hechizo trae el viento?

A silvestres flores huele.

Se entremezclan los aromas,

Confundiéndose entre ellos.

Todo es perfume en la noche.

Los nardos expanden su fragancia.

en el aire un embrujo embelesa.

Cautivadas por la luna, las magnolias

entreabren sus pistilos y corolas.

Ocultas en las sombras, vigilantes,

las tímidas violetas ,me transportan

con su néctar a sublimes latitudes.

¡¡Es tan dulce el silencio de este instante!!

Hay algo en mi que tiembla y llora.

Azules alhelíes serpentean,

bajo el influjo de la límpida azucena.

Los blancos jazmines temblorosos

en la negra enramada de la noche.

descienden cual purísimos armiños.

Nada roza el embrujo de las rosas,

solo, el resplandor remoto de un lucero,

se atreve a posar su luz de plata

sobre las fucsias, turquesas

y derramados sauces.

Idílica y sutil esencia,

Aturdida me hallo en la noche estrellada,

aspirando el perfume,

yo no sé de qué flores….

Cuanta paz respira el alma mía,

Intuyo en el aire algo Divino.

Mientras cuento por miles las estrellas,

van creciendo rojas clavellinas.

Camposanto

Me sobrecogió el silencio

visitando el camposanto.

Escuché solo el sonido

del gélido viento azotando.

Las bellas flores las ves

como encogidas, temblando

sin perfume, están ausentes,

desmayadas sobre el mármol.

Ni los pájaros le brindan

ningún trino, ningún canto.

Están como aletargados,

esperando una sonrisa

de los que allí llegamos.

 Guardianes son los cipreses,

sombríos centinelas,

impasibles vigilantes,

 lugar donde todo es calma.

Son ellas, las amapolas,

las únicas que respiran.

tímidas dan su color

tras las tumbas escondidas.

Esta soledad inmortal,

mezcla de dolor y olvido,

se ha incrustado en mi alma

recordando mi destino.

Lechos fríos y sombríos,

yertas, las cruces de mármol,

 acunados por los siglos,

inmutables, silenciosos

impasibles y callados.

Isi Ruiz Gallego-Largo.

EL AGUA DE LA VIDA

Tu cuna fueron las nubes

sutiles y de algodón.

Eres  maná para el mundo,

agua , tú eres bendición.

Serena en los lagos,

espejo eres de  vida.

En torrente mueves  el mundo,

cae tú, en  justa medida.

Jardines y surtidores

florecen con tu presencia.

En las más bellas fontanas,

nítida  es tu transparencia.

Eres roció  o diamantes

si te dejas admirar;

el mundo apaga su sed

en tu abrumador glacial.

De las montañas nos llegas

allá donde es libre el alma

En  fuentes, arroyos y ríos

eres melodiosa  calma.

En escarcha te conviertes

en ligeros filigranas.

En las entrañas del pozo,

tú, buena  samaritana.

En pantanos  te retienen,

das trabajo al ciudadano.

De belleza  nos rodeas

como lagos venecianos

Si tu mar es productivo

y a todos das de comer;

tus fuentes son tan  vitales

al mundo sacias la sed.

Siempre  serás poderosa

más que el fuego en su bravura,

por más temido que sea,

tú apagas su calentura

nostalgia es la que expandes

en las tardes otoñales.

De cadencia nos envuelven

tus  reflejos boreales.

 Te disfrazas de mil maneras

dando al mundo vida y amor

Dios dono este privilegio

te doy mil gracias Señor.

Al mundo llenas de gozo

si en los cristales suspiras.

Supremo bien eres agua

“yo te guardo pleitesía."

ISI RUIZ.

Era La Brisa

Arco iris en tonos azules,

hacia el infinito va.

Y vuelven las olas blancas

a la playa a descansar.

Puntillas  de puro armiño,

encajes de blanca luna,

lucían en la mañana,

llegaban del hondo mar.

Puro cobalto, Oro , la arena.

Aves zuritas paran mis pasos.

Yo le ofrecía , cuencos mis manos.

unas migajas de pan.

Un vientecillo casi burlesco

mis cabellos enredaba,

No era caricia, no era la arena .

Era la brisa envuelta en sal.

IN MEMORIAM

                                                                                       

                                                                                                                                A ANTONIO ( MI ANTONIO)

Es  inmenso el dolor,

el adiós de tu marcha,

volaste hacia el cielo,

casi nacida el alba.

Primavera florida ,

de las celindas blancas,

suspiran las rosas

Y, derramando  lágrimas,

acunan tu sueño

en tu perpetua morada.

Dolorosa es tu ausencia,

 hasta el viento del norte

 gime en la ventana.

Es inmenso el vacío ;

 eterno ,el recuerdo

aflicción y congoja

siempre me acompañan

 ¡Ay! flores de abril ¡!,

 qué pena siento en mi alma.

que mi hermano marchó

y su ausencia es nostalgia .

¡Por qué se estremece el cielo?

¿Por qué se estremece el cielo?

¿Por qué esta gimiendo el viento

¿Por qué se oculta el rumor ?

y la alondra ya no canta

ni trina el ruiseñor?

¿Por qué  los cárdenos lirios

rotos sin fragancia están?

¿Por qué el sol se ha disipado

 y en crepúsculo quedó?

¿Por qué  interrumpen las olas

su bravura sobre el mar?

Las infinitas estrellas,

como rescoldo apagado,

han dejado de  brillar.

¿Por qué el alba tan grandiosa

en su nueva amanecida

en sombras y abismos cambió?

Hoy los nardos florecieron sin aroma,

las violetas perdieron su color.

Solo la lluvia abatida

su llanto dejó caer.

¡¡Silencio!!

Es  por Cristo que agoniza

y exhausto yace en la cruz.


ISI RUIZ.

   

El jilguerillo

Viene a mi reja

un jilguerillo cada tarde.

llega con su trinar

sonoro y bello,

su melodía acariciante

enciende mi nostalgia de otros días,

me hace recordar…

En el balcón de mi infancia,

en jaula y triste preso,

un colorín expandía al viento

su inmensa tristeza.

Con su clamor de pena

atraía otras avecillas,

Implorando:

“sacadme de este encierro,

que muero

 por ser libre en la vida”.

Fue tan profundo

el sentimiento mío,

con mi mano

ingenua de chiquilla

di la ansiada libertad

que él buscaba.

Agradecido, el pajarillo

cada tarde a mi balcón volvía,

ya con trinos alegres

a deleitarme.

Qué cadencia

                                                                                 

 

                                                                      Llueve  en la  tarde.

                                                                                                                 ¿Murmura el agua ?

! Qué cadencia ¡

¡Qué lenta y callada

cae la lluvia

     sobre  los campos! 

Es una bendición

suave y pausada

como gotas de llanto,

o redención.

Al respirar profundamente,

se sublima el alma.

Es liberación.