Bienvenidos a mi blog de poesía.
Aquí podréis encontrar algunos de mis poemas.
Espero vuestros comentarios.

ISI RUIZ

sábado, 20 de octubre de 2012

ECOS EN LA NOCHE



                                                                                                      La noche tiene mil ojos                                                                
                                                                        
                                     
En este otoño de la vida,

cuando el atardecer reposa lento,

la luz se extingue en el ocaso,

los árboles dan sombras de fantasmas.

En la noche solitaria,

el sonido de los sauces

 agitando su enramada.

Me abro paso como en sueños,

oigo voces muy lejanas,

ligeros sonidos de antaño.

Se perfilan clamores, ecos,

sombras, cantos, brumas,

rumores indeterminados,

y no distingo su acento.

En la sombra del camino,

luces muy tenues rosadas,

nada revela quién llega,

no descubro quién me llama.

Con sigilo me rodean

cual sutil canción quebrada,

me hacen pronto recordar

que la noche no es solitaria.

¡Qué hechicero su sonido!

es tan dulce y cálido!

Seducen los latidos

lentos de mi propia alma.

Yo sola en la madrugada

descubro quién me llama:

es una lluvia finísima

cayendo sobre mis hombros,

acariciando mi cara,

y un vientecillo atrevido

enredándose en mi cuerpo

como una estola de martas.

La lluvia y el viento son.

Ellos  son quienes me llaman.

 Sigo caminando sola

sin saber qué voy buscando.

Mi rumbo no se detiene,

  ¿dónde llegaran mis pasos?

En la noche solitaria.

Isi Ruiz Gallego-Largo





sábado, 6 de octubre de 2012

EL OTOÑO.

                                                                                    Hojas caídas
                                                                                                Compañeras del aire
                                                  
                                                                                            Para sus juegos.

Era gris la mañana de otoño,

pero cálida.

Las hojas en los álamos,

pálidas y secas ,

temblando desmayadas,

más que hojas eran sombras

perdidas en el tiempo

sin vida y arrugadas.

El inefable otoño

sin compasión, ni lágrimas,

sus hojas una a una

con gula iba secando.

Su verdor consumía

con voraz disimulo,

como consume el cirio,

su cera en los altares.

Se alimentaba así de  mil  tonos

espléndidos  rojos o amarillos

y cálidos dorados.

Desdicha de hojas secas,

sin nadie que las ame,

sin  paz , ni recompensa,

ni mano que las tape.

Lejanos ya los días, aroma del pasado,

¡aquella primavera!

Lucían de esmeralda

en el reverso, sus hojas

igual a estrellas blancas.

Su brillo era de plata.

Los álamos temblorosos y tristes,

Con impotencia y rabia

                                                               deseaban la venganza,                                                                              
para aquellas hojas sin vida,

que un día fueron  por ellos,

queridas y mimadas.

ISI RUIZ

lunes, 1 de octubre de 2012

¿Dejan huella?

                    
                     
             
                                                           Solo el otoño pinta las hojas
                                             color de arce
                             
Pena me da contemplar
las hojas que sombra daban,
aquellas tarde de estío,
cuando el calor era llama.

Enramadas en los árboles,
brisas de hojas aladas,
bajo las verdes acacias,
un suave viento agitaba.

Secas y encogidas hoy,
como pájaros sin vida,
esparcidas por la tierra,
¿o acaso estarán dormidas?

El viento hostil las azota,
hoy contemplé con tristeza,
mueren alfombrando el suelo
y nadie escucha sus quejas.

Crujen, tiemblan al pisarlas,
amarillas o doradas,
¿han de terminar sus vidas
cuando el verano se apaga?

Y sigo pensando en ello,
que nada en vano se acaba,
aun siendo unas hojas secas
y nunca tuvieran alma.

Todo lo que nace muere,
y lo que existió huella deja,
aun siendo sutiles lagrimas,
un suspiro, hojas secas, hondas quejas.

Es la vida un gran misterio
por más normal que se vea,
y cuando ya se ha marchado,
vaga su recuerdo o huella.